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Mostrando entradas de octubre, 2012

MADRE CORAJE

Cargó los cántaros de latón sobre sus costados, prominentes como su barriga, y se echó a la calle. Era temprano, tenía tiempo de dar varios viajes desde el pozo, el bidón debía llenarse hoy, necesitaría el agua. Anduvo la calle, cruzó la ronda y llegó al pozo, donde los grifos rezumían agua fresca y el limo empezaba a acumularse en el pilón abrevadero. Los cántaros llenos presionaban su vientre, muy hinchado, pero el dolor no existía. Las cosas había que hacerlas, nadie las haría por ella. Un viaje, dos, tres, hasta cuatro, y el bidón ya casi desbordaba el líquido elemento. Salió un momento a la puerta a tomar aire.  Felipa subía la calle, iba a visitar a sus hermanas Angela y Petra, como hacía a diario. -Felipa, cuando vayas de vuelta entra a ver a mi niña... -Esta Juana, ¡qué ganas de cachondeo tiene siempre!.... Los niños trajinaban por la casa. Andrés, con sólo tres años, seguía a su hermano Pedro, de cinco años, que jugaba con Diego, de seis. Vigilándolos a todos,