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Mostrando entradas de enero, 2015

LA ABUELA.

El reloj de la pared marcaba las dos de la mañana.  Hacía una hora que se habían marchado todos. La cena estuvo bien. Las uvas las comieron mirando la pantalla del televisor. Después llegaron los besos, el brindis con el cava y algo de oro dentro de la copa, los buenos deseos para el nuevo año......  En el suelo aún quedaban restos de las serpentinas que habían lanzado sus nietos. El corcho de la botella se veía bajo el sillón después de su accidentado aterrizaje.  En la pantalla, único centro de su atención ahora, un grupo musical cantaba mientras los bailarines acompañaban con sus movimientos. Ella no escuchaba. Ahora podía sentir el silencio que había quedado en el salón cuando sus hijos se marcharon. A su lado, en la mesita donde reposaba el último libro adquirido, los ojos de aquel hombre la sonreían desde la foto. Otro año más soportando aquella misma rutina. Otra Nochevieja más haciendo el papel de madre y abuela deseosa de compañía. Otra vez cansada de cocinar des