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Mostrando entradas de 2020

LA CAJA DE CAOBA

  La caja de caoba sobre aquel mueble blanco de pequeños cajones, presidía la entrada de su casa. La niña de la casa chica la atesoraba como algo sentimentalmente muy valioso para ella. Dentro, donde antes habría cartas, fotos y recuerdos guardados por sus padres, ahora contenía las imágenes y “tesoros” que ella había acumulado con los años. Hoy era uno de esos días en que le apetecía sentarse y abrirla para hurgar en ella, por lo que la cogió y la abrió, en la tranquilidad de aquella tarde nublada y al abrigo de aquella falda de camilla. Sacó esa postal amarillenta con la foto coloreada de unos enamorados de aquella época, esos que apenas rozaban sus manos y donde sus miradas lo decían todo. En su reverso volvió a encontrarse con aquella caligrafía escrita a tinta china, de trazos elegantes y esbeltos propia de su padre. El mes que asistió a la escuela perdonaba algunas faltas de ortografía que en cambio antaño, cuando ella y sus hermanos eran pequeños, les provocaba risas. “Para Ju

NEGRO SOBRE BLANCO. CONFIDENCIAS DE LA NIÑA DE LA CASA CHICA.

Había veces en que no le apetecía hablar con nadie. Solamente deseaba llegar a casa, quitarse la mascarilla y sentarse al teclado para descargar su malestar en esa terapia que para ella era la escritura. El sol calentaba menos, estábamos a mediados de octubre y el otoño pugnaba contra aquel verano tan largo que a ella tanto le alegraba. Pese a haber nacido en este mes, no le gustaba el frío. Ese aire matutino ya le iba calando los huesos, erizándole el vello, enfriando sus manos. Aún seguía saliendo a la calle para aprovechar esos rayos de sol que le daban la vida, que le calentaban el alma dolida por este maldito año que tardaba tanto en marcharse. Sus esperanzas, como las del resto del planeta, estaban puestas en el 2021, año en el que todos esperaban que acabase esta maldita pandemia. Deseaba, como millones de personas en el mundo, poder volver a abrazar sin obstáculos por medio. Deseaba poder sonreír y que el destinatario de esa sonrisa pudiera contemplarla. Quería poder respirar

HASTA PRONTO, HERMANO

Diego, Dieguito, el de la casa chica, se enfundó la camiseta del Betis y, mirando por encima de sus gafas, comentó que sobraba tela para otra. La niña de la casa chica vio desde su ventana, tras las estrellas, cómo se alejaba de ellos, de sus hermanos, de su familia, para ir al encuentro de sus padres. Allí, por el confinamiento, sólo pudo lanzarle un beso mojado por las lágrimas. Petete, como le llamaba su amigo Mariñas, de cuerpo menudo y corazón enorme, les había dejado demasiado pronto. La gran familia que habían formado se había partido en una de sus esquinas, y ese gran corazón heredado de sus padres aparecía ahora mordido, roto de dolor por aquella temprana marcha. La niña de la casa chica es ya adulta, cincuentenaria, pero el dolor hace que asome la cría que fue y que necesita un abrazo para calmarla en su duelo. La tristeza que siente es tan grande que el nudo formado en su garganta le impide romper en llanto. Su hermano, aquel que la montó un día en su bicicleta y la l

QUE SIEMPRE SEA NAVIDAD

Pasadas las fiestas y quedándole el regusto de las comilonas, los buenos deseos y las luces navideñas, sentada allí frente al teclado, sonríe al recordar la mirada de asombro de su nieto al ver el árbol engalanado, las risas de sus hijos charlando durante la cena de Nochevieja, los abuelos probando de todo y aprobando los platos con un "está muy bueno", la tía María que no quiere cenar mucho porque no es su costumbre pero que aun así come de todo un poquíno..... Su mirada los recorre en el pensamiento y se da por satisfecha. Otro año más juntos. Otras Fiestas decorando, organizando, cocinando, comprando regalos, con el estrés que produce en ella la posible aceptación, el visto bueno, el haber acertado en la medida de sus posibilidades. Por unos días olvida que falta gente importante en su vida, porque le quedan ellos, los que ahora son realmente su prioridad. Ley de vida, como sabe que ocurrirá cuando ella falte en esa mesa. Ellos, sus hijos, pasarán las mismas fiestas con q