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Mostrando entradas de 2014

CARTA A UN AMIGO.

El teclado le parecía frío. Ella necesitaba la blancura del papel, el bolígrafo azul con el que siempre había escrito, la mesa vacía y la mente en lo que tenía delante. Hoy no era buen día para escribir. Aquella carta le estaba costando mucho, demasiado. Las luces de las farolas acababan de encenderse en la calle. El camión de la basura invadió el silencio del vecindario, que se preparaba para el descanso nocturno. Los vecinos de al lado tenían la televisión demasiado alta. Tendría que hablar con ellos. No es que a ella le molestase, más bien todo lo contrario. Gracias a ellos se sentía un poco menos sola. La vecina de arriba se preparaba para salir. Podía oír sus tacones de un lado a otro de la habitación. Era enfermera y tenía guardia esa noche. Enfrente, en otro bloque de edificios idéntico al que ella habitaba, podía ver luces encendidas y otras que iban apagándose conforme pasaban las horas. ¡Qué triste es una ciudad de noche un día laborable! Y ella seguía dándol

NO QUIERO HACER TARTAS.

La madre no sabía en qué había fallado. Su hija, su única hija, la que debería seguir por ley sus pasos, no tenía una actitud positiva ante el papel que le tocaba desempeñar en la vida. -"¿Qué hemos hecho mal, Pedro, para que nuestra pequeña se comporte así? - No lo sé, Antonia, pero quizás tú no has sabido encauzarla por el camino correcto.... No es por criticarte, pero creo que no eres muy partidaria de las nuevas normas y siempre te has rebelado en secreto contra ellas.... - ¿Que me he rebelado?..... Pero si yo soy fiel seguidora del Nuevo Orden, vivo y existo solamente para cumplir sus leyes..... No puedes tener quejas, Pedro, y haz  el favor de no decirlo en voz alta, pueden oírnos los vecinos y ya sabes lo que puede ocurrir..... " La chica permanecía encerrada en su habitación. No quería ver ni hablar con nadie. Las últimas notas habían sido un palo para sus padres. No podía, intentaba con todas sus fuerzas hacer de su carrera algo provechoso, se esforzaba al

DIARIO DE UNA NEUROTICA. Día II

13-07.2014 Querido y olvidado diario: Llevo meses sin visitarte, desoyendo los consejos de mi amiga, y creo que va a ser la última vez que lo haga. Verás, lo cierto es que no me apetece nada hablar sola, y creo que eso es lo que hago cuando me pongo a escribir aquí. Cuando tenía once o doce años no me parecía tan absurdo esto de contar en páginas en blanco que solo yo podría leer, mis cosas, mis pensamientos, mis vivencias de niña, pero ahora, casi treinta años después, no creo que sea la solución de nada que yo pierda mi tiempo en estas niñerías. Sé de personas ilustres, mayores, sensatos, de vida plena, que han escrito diarios durante toda su vida, pero no creo que yo tenga nada importante que dejar a generaciones venideras. Mi vida no es una novela, no me han ocurrido grandes cosas ni pasaré a la historia por nada, así que, no encuentro el sentido a esto. Te contaré lo ocurrido en estos meses que te he tenido en el cajón, dejado de cualquier forma después de llenar tus

DIARIO DE UNA NEURÓTICA. Día 1.

Compró el diario siguiendo la recomendación de una de sus "buenas amigas". Hacía mucho tiempo que no escribía uno, seguramente siglos, tal era la edad que tenía cuando llenó la última página de aquel librito azul con pastas duras y un pequeño candado que guardaba sus secretos de adolescente. Mira tú por donde ahora se sentiría otra vez aquella niña-mujer de doce años....¡Un diario!.....¿Y de dónde iba a sacar ella tiempo para escribir, con el trabajo de camarera, sus hijos adolescentes en plena efervescencia hormonal, ese pretendiente que la visitaba todas las mañanas con la excusa del cortado y media catalana?....¡En fin, que no quedase por su parte el intentarlo!.. Ella no se veía como todos afirmaban, pero igual es que nunca supo "mirar en su interior" para llegar a conocerse como parecía que últimamente TODOS la conocían..... Llegaba a los cuarenta y no cambiaba nada. No había cosa que le molestase más que su silencio ante los consejos "bienintencionad

EL TREN

Aquel tren no los llevaba a ninguna parte. En el andén, cabizbajos, evitando mirarse por miedo al adiós que se aproximaba, los dos evitaron cualquier palabra que enturbiara el aire, ningún sonido que evitase oír aquel expreso que se aproximaba y que a ellos iba a distanciarlos quizás para siempre. No quería, no podía desprenderse de él de aquella manera, pero sabía en el fondo de su alma que era la única solución que les quedaba. La relación se había vuelto asfixiante, nociva. El amor que se tenían uno al otro estaba matándoles. ¡Qué incongruente era todo!. El tomó una de sus maletas y la alzó del suelo, sopesando lo que podría llevar allí dentro. Ella pensó que parecía tener mucha prisa de que marchase.....Comunicación, eso es lo que siempre les había faltado. Nunca tuvieron necesidad de expresar con palabras lo que sentían, nunca necesitaron decir al otro nada, porque nada había que decir que no supieran tan solo con mirarse a los ojos.... Ahora estaban allí, en aquel