Me he parado unos minutos para reflexionar sobre lo afortunada que soy. Han sido unos minutos que han englobado muchas horas, muchos días, muchos años. La vida me está regalando mucho, y no puedo dejar de dar gracias por todo. No tengo derecho a quejarme, siempre he pensado que mirando alrededor encuentro a mucha gente que tiene poco, o no tiene nada, y yo tengo todo, todo lo que una persona necesita para ser feliz. No es más placentera la vida de un millonario que la mía, qué va, yo necesito mucho menos para sentir felicidad. Una simple mirada, una sonrisa, una comida, un sonido, un gracias, un hola, un hasta luego, un guiño cómplice, un abrazo, una conversación placentera, un amigo al lado, una familia, unos niños gritando, un arbol, unas flores, un olor, una brisa, un juego lleno de risas, un cafelino compartido, un libro regalado, una sesión de tele en compañia, unas manos enlazadas bajo las sábanas, un " buenos días cariño", un " mami, te quiero",una tortilla en el campo, un partido de futbol reñido, un "¡campeones, campeones! en la plaza de mi pueblo, "qué guapa estás", ¿cómo te va?" o ¿qué vas a hacer hoy?....... Todo llena mi vida, todo ha colmado mis horas, me han hecho sonreir, me han ayudado a soñar, me dan ganas de seguir.
¿Qué más necesito si todo me lo han dado?.
Si algún día despertases y no me vieses a tu lado, si una noche llegaras a nuestra cama y no encontrases mi cuerpo para tu abrazo, ese día no quiero tus lágrimas, quiero tus holas, tus risas, tus guiños, nuestro futbol, tus hasta luegos, tus miradas, nuestros sonidos, nuestras brisas, los amigos, para que llenen ese pozo inmenso, para que no consiga teñir de negro todo el color de nuestra vida.
Por eso te pido una cosa, mi vida, y es que cuando me marche de tu lado, cuando consiga fuerzas para separarme de ti, sigas recordándome, continúes dándome las buenas noches, me sonrías desde tu almohada y me susurres tu" buenos días, cariño", y así, desde donde esté, mi sonrisa y mi mirada cómplice te seguirán acompañando, pues nada podrá separarnos, ni tan siquiera la muerte.
Pero no quiero convertir estas notas en algo triste, porque la vida es demasiado corta para las tristezas. Quiero darte las gracias, porque tú me salvaste, tú me hiciste verlo todo de otra manera, me estás dando lo que siempre pedí, me has enseñado todo lo que quise aprender, me estás queriendo como nunca imaginé, me acompañas como solo un buen amigo sabe hacer, me amas como solo tú sabes amar. Gracias, mi amor, por todo ésto, por todo lo que el dinero nunca podrá comprar.
Y ahora, pasados estos minutos, durmamos, mi niño, rodéame con tus brazos bajo las sábanas, dame el beso de todas las noches, y hasta mañana, que seguiremos escribiendo las páginas de nuestra historia, y que cuando seamos viejinos, recordaremos muy juntos, con achaques, menos salud y más canas, pero con la misma alegría en los ojos, la alegría de seguir viviendo,de continuar amándonos. ¿Puede haber alguien más afortunado?. Yo lo soy, gracias.
Comentarios
Publicar un comentario